El 80% del éxito en tu vida no es lo que haces, es cómo lo haces. Las formas lo son todo.
Da igual el detalle que le compraste a tu pareja, la idea que le contaste a tu jefe o la propuesta que le hiciste a tu hermano, las formas determinarán la percepción que tengan de ese detalle, esa idea o esa propuesta.
Como en la vida, en tu contexto profesional esto también importa, y mucho. Da igual que tu solución para ese proyecto sea la mejor del planeta, que si no la sabes explicar, si no le das la forma adecuada, será la peor del mundo.
Cuando nos enfrentamos a un proceso de creación o redefinición de Marca, tenemos que dar forma y jugar con cientos de datos, datos que dibujarán nuestro trabajo, que hablarán de nosotros.
Y lo creáis o no, más importante que el dato es la forma en la que lo expresas. Porque el dato tiene sentido, cuando se lo damos.
Por eso en este punto queríamos hacer una pequeña introducción a algo que no es exclusivamente de esta disciplina, sino transversal a muchas, pero que marca nuestro trabajo y el resultado del mismo: La Presentación.
Os lo creáis o no, el 80% del éxito de una reflexión, de un trabajo, de una recomendación es la forma en la que lo contamos y la forma en la que lo mostramos. Que seamos capaces de inspirar, de dinamizar, de simplificar, de ser didácticos, de razonar.
Porque aquellas presentaciones que no se siguen, son conclusiones que no importan. Porque se habrán perdido, desconectado o aburrido por el camino.
Algunos consejos para construir una presentación en un proyecto de Branding:
1
Una Idea Principal
Piensa por un momento, si tuvieras que condensar toda esa presentación en una sola idea que quieres que se lleven, cual seria. Ahora coge esa idea porque va a ser el centro de todo el montaje de tu presentación.
2
No es una presentación, es una historia
No se trata de presentar, se trata de contar, de relatar, de inspirar. Antes de sentarte delante del PPT, coge una hoja en blanco y escribe un pequeño párrafo que resuma aquello que quieres contar de forma hilada, como si fuera un discurso, un discurso que contenga esa idea central.
3
Trocea la historia
Divide tu historia en pequeños párrafos o frases muy cortas, y escribe cada una de esas frases en una diapositiva de tu PPT. Deberías tener un PPT en blanco con tu historia repartida en diapositivas, esas diapositivas serán unas portadillas muy especiales.
4
Sustenta esa historia
Ahora piensa qué datos de tu análisis, reflexiones y conclusiones soportan cada una de esas frases que has colocado en pequeñas diapositivas del PPT, y colócalos de tal forma que pueda justificarse ese discurso que quieres contar.
5
Menos es más
Tú eres la presentación, no el PPT. Por lo que introduce la mínima cantidad posible de información que te ayuden a relatar tu ‘cuento’, el resto si a alguien le interesa podrá leerse los anexos de 300 diapositivas.
6
Que caiga por su propio peso
Si lo has hecho bien, si has construido un relato que se sustenta de forma racional con lo que has ido aportando, al llegar al final todo habrá caído por su propio peso, no habrá nada que no cuadre, ni una duda, ni un pero. Nadie se habrá perdido por el camino, y todos podrán recordar como empezaste a contarlo y como acabó.
De hecho si lo hiciste bien, cualquiera que lea las portadilla todas seguidas, leerá la historia que quisiste contar, con los datos que te ayudaron a sustentarla.
Si todavía eres de lo que hacen presentaciones por capítulos, seguro que no vives la vida por fascículos y seguro que sabes que todo puede estar relacionado entre sí de otras muchas formas.
Encuentra la manera de simplificar, estructurar, racionalizar y contar tu historia.
Al final, como la Marcas, lo que cuenta es cómo lo ve los demás, más que cómo lo quieras contar tú.
En fin, un PPT puede ser una historia.
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