Desde las tierras altas, desde la cuna del whisky, desde la casa del monstrudo Nessy, nos llega esta fantástica identidad para The Royal Conservatoire of Scotland.
Un nuevo ejercicio presentado en el mes de septiembre que incorpora de nuevo el arte dentro de la identidad de una marca, realizado por la agencia escocesa Stand.
Es esencial que las marcas reflejen en su imaginario la esencia de su realidad, su actividad y su propuesta de valor. Aquí tenemos un buen ejemplo de como se integra el arte, base de esta disciplina, en la identidad de la misma.
Este es el tercer rebranding de la academia, orientado a profesionalizar la institución, dotarla de contenido y hacerla relevante.
Una marca formada por barras que evocan la esencia de la ciudad de Glasgow, una ciudad industrial, gris y algo fría, pero que refleja exactamente su espíritu.
Una marca que pretende evocar algo efímero a cada cual que la mire, siendo apropiable para cada uno de los grupos de interés de la misma.
Se forman las iniciales de la academia de una manera muy sutil y abstracta, ayudando a reforzar el concepto de que detrás del arte existe pensamiento.
Arte efímero, conceptual, o abstracto, sea como sea esta marca es una demostración más de como las identidades con contenido tienen más recorrido que las gratuitas.
Eso si... viendo las soluciones que existe con este tipo de marcas para crear una arquitectura flexible y diferencial, creo que no lo han aprovechado para mostrar las diferentes disciplinas. Una lástima.
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