Una marca que surge de un concurso público convocado a los ciudadanos. Como se puede ver, no somos el único país que recurre a estos desafortunados procesos, algunos con más éxito que otros.
Aquí veremos como el problema no es el concurso, sino quienes garantizan la calidad de las propuestas escogidas.
La nueva identidad del aeropuerto internacional, está basada en una herencia importante de la ciudad que alberga este aeropuerto.
Lviv, dio cobijo a uno de los grandes reyes de la región: Danylo Halystskyi, que vivió en el S.XIII y que es el mismo que le da nombre al aeropuerto.
La identidad se basa en la combinación de los elementos monárquicos y la aeronáutica, creando una corona a base de colas de avión.
Un buen concepto que se plasma correctamente en su gráfica y expresión. Sin ser un gran ejercicio, nos demuestra que una historia detrás de un logo, genera un contenido de marca. Que mejor o peor resuelto, se le puede llamar MARCA.
En fin, la diferencia de este resultado, contra los sufridos en España recientemente, no es la calidad de las propuestas, sino la competencia de los jurados. En este caso, compuesto por profesionales de las mayores agencias de comunicación del país. (multinacionales en su mayoría).
Que tengamos que aprender de Ukrania... debería hacernos reflexionar.
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