Concebido para promocionar el turismo en Nueva York a finales de los setenta, cuando la ciudad atravesaba una grave crisis financiera y registraba un alarmante índice de criminalidad, ha logrado con los años hacerse un hueco en el imaginario colectivo.
Ahora, 40 años después, el nuevo gobernador de NY, con la ayuda de la agencia de publicidad BBDO (no de branding como Wolf Olins, Pentagram), quieren replantear el nuevo icono de la ciudad, para buscar entre los ciudadanos qué representa mejor a New York.
Un nuevo ejercicio que pretende reflejar el dinamismo y pluralidad de la ciudad, y plasmar en un nuevo icono aquello que la hace única.
Mediante una campaña de consulta ciudadana, se pide a los participantes que dibujen, sobre el mítico logo de la ciudad, aquello que aman y que consideran único.
Un buen ejercicio para una campaña de comunicación, pero punto. Comunicación, esa es la palabra, el error de todo este movimiento, ¿dónde está Pentagram? ¿Wolf Olins?, míticos del branding que han hecho grandes cosas por la ciudad de NY. No saber escoger el partner correcto, marcará la diferencia.
Nos paramos aquí, vamos a ver el proyecto desde dos ópticas:
En Contra
Hay marcas y logos, que deberían pertenecer al patrimonio mundial, a todos los habitantes del planeta. Ya sea por su historia, su significado, su singularidad o simplemente por haber formado parte de una cultura.
Un logo que ha sido capaz de llegar tan lejos y ser un icono reconocible en cualquier parte del planeta, que se ha convertido en un icono, ¿es conveniente tocarlo?
Según algunos expertos como el CEO de Saatchi & Saatchi, 'puede pasar como cuando Coca-Cola quiso cambiar su fórmula y tuvo que volver a su origen, perdiendo mucho por el camino.'
Tiene toda la razón, nada y decimos nada, que surja de este ejercicio será tan único, memorable e identificable como el I LOVE NY que todos conocemos.
El gobernador de NY se equivoca en una de sus frases 'NY hay que reinventarlo, revitalizarlo.'. Bueno reinventar es una cosa y revitalizar es otra muy distinta. Puedes conservar tu identidad y revitalizarla sin reinventar nada. Construir sin destruir.
El sueño de cualquier profesional del branding es convertir una marca en un icono, que sea reconocible y memorable, aunque, ¿a qué precio?
A Favor
Ahora, siendo puristas, y sabiendo lo que es un logo y una marca, no nos parece mal convertir el logo de I LOVE NY en una marca dándole contenido.
Al final, al margen de ser un icono, es la representación de unos valores diferenciales de la ciudad, y ahora mismo no cumple esa función. Se ha convertido en un genérico, como cualquier marca líder, si no se reinventa acaba copiada por la competencia y banalizada por todos.
Este icono se ha DESCONECTADO de lo que representaba, el uso genérico del mismo ha hecho perder su identidad completamente.
Por lo que, la idea de crear una nueva marca para el estado de NY, que pueda representar su valor diferencial, estrategicamente es buena. Como lo fue la idea de actualizar el sabor de Coca-Cola a los nuevos tiempos, estrategicamente, aunque el resultado ya lo conocemos.
Creemos que ambos objetivos son compatibles, mantener el icono y ponerlo en un contexto actual, que cumpla con los valores de la ciudad y genere un valor diferencial, debería ser la solución. No es incompatible mantener un icono histórico y renovar sus valores.
La comunicación es una disciplina que puede ayudar a construir la identidad de una marca, o poner a una marca en el contexto estratégico adecuado.
En fin, si tienes un icono, no lo toques. No sabrás cuando tendrás otro.
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