Para ello, intentamos aprender de otras disciplinas, cualitativas o cuantitativas que nos aportan valor a la que nosotros trabajamos.
Poder realizar diagnósticos, recomendaciones, y reflexiones más allá del plano cualitativo, nos ayudaría a tomar decisiones o recomendar escenarios de gestión y construcción de marcas más fundados.
En este campo, existen y empiezan a existir diferentes herramientas, algunas creadas adhoc según necesidades y otras rescatadas del pasado.
¿Cómo medir lo intangible?
Una herramienta muy sencilla y bastante común, que pocos conocéis, sobre todo aplicado al branding es lo que llamamos las ‘Harvey Balls’.
Una unidad de medida que nos ayuda a cuantificar valoraciones cualitativas, y tomar decisiones cuantitativas, pudiendo argumentar nuestras recomendaciones.
Este tipo de herramienta la podemos cruzar tanto con diagnósticos, como con construcción de naming, o escenarios de posicionamiento.
LAS HARVEY BALLS, MEDIR SIN MEDIR
Harvey Poppel en 1970, mientras ejercía como consultor en Booz Allen Hamilton, creó un sistema visual para representar datos comparativos cualitativos, que permitían establecer comparativas entre dos sistemas productivos.
Este sistema visual, se denominó ‘Harvey Balls’.
Las Harvey Balls se componen de unas bolas divididas en cuartos, que se rellenan en función del valor que le podamos dar.
Las Harvey Balls se representan totalmente llenas si el valor es 4, y se va vaciando en cuartos a medida que decrece de 3, 2, 1 y vacía 0.
Por lo que básicamente asignamos un valor a un ideograma concreto, transformando algo cualitativo en cuantitativo.
Es una simple escala visual que nos permite cuantificar una idea, comparándola con otras variables.
Imaginemos que hemos creado varios escenarios de posicionamiento para una marca, y queremos ver cuál de ellos responde mejor a una serie de objetivos que nos hemos marcado. Podríamos utilizar este tipo de herramienta para darle un sentido a nuestra recomendación, y pasar de lo cualitativo a lo cuantitativo, racionalizando el proceso.
Aunque nos ofrece un resultado cuantitativo, también nos racionalizada el aspecto cualitativo, con una simple mirada al mapa generado por las Harvey Balls, ya que nos permite ver qué escenarios son lo más completos en cuanto a la consecución de objetivos, más allá de la valoración númerica de los mismos.
En ocasiones el ‘score’ más alto, no es la recomendación adecuada ,sino aquel que es capaz de cumplir mayoritariamente con todos los objetivos que nos hemos propuesto.
De igual forma nos aporta una visión rápida sobre los aspectos de mejora de cada escenario propuesto.
Una herramienta muy muy sencilla y básica que convierte un proceso de recomendación y decisión cualitativa, en un proceso racional de valor añadido.
En fin, las palabras se las lleva el viento, los datos perduran para siempre.
COMMENTS