Hay un viejo dicho que en la vida se recoge lo que haces, y todas tus acciones tienen consecuencias, positivas o negativas.
Esto es casi la definición de Karma.
Un mantra que vive en gran parte de la sociedad oriental, y que es la base de algunas de las religiones dhármicas, que nos explica que el Karma es una energía trascendente que se deriva de los actos de las personas, y cada una de las sucesivas reencarnaciones del ser humano quedaría condicionada por los actos de las anteriores.
Y nosotros que pensábamos que el Karma tenía que ver con el poder de atraer un tipo de suerte u otra.
Sea el budismo, o el hinduismo, o nuestra propia filosofía de vida, ser consecuente con tus actos y escoger un camino determinado forma parte de la naturaleza humana, y de cómo decidamos vivir nuestras vidas.
Si el ser humano, de cierta forma, está influido por el Karma, que moldea la personalidad del individuo y traza unos límites de conducta, las marcas también se ven afectadas por dicho fenómeno.
Al final, el branding, consiste en conectar marcas con personas, en generar percepciones y significados, que fluyen en la dirección que queramos.

En estos últimos años, el concepto de ‘Karma’, ha cobrado especial relevancia en el branding, en la creación y en la gestión de marcas, propiciado por las nuevas tecnologías y el cambio de paradigma global que sufrimos.
Hoy, la sociedad es una sociedad de Conciencia Colectiva (ver 6 tendencias del branding), por lo que cualquier acción, o significado que transmitamos a un individuo, es juzgado por el colectivo.
Hemos pasado de solicitar ‘Likes’, a solicitar ‘Share’ (compartir), pues ya no nos interesa tanto lo que piense el individuo en sí, como el colectivo al que pertenece.
Dentro de esta Conciencia Colectiva, ha desaparecido un concepto que en al ser humano ha permitido reinventarse tantas y tantas veces, y cometer los mismos errores una y otra vez… el Olvido.

Hoy no existe el Olvido. Google, las redes sociales, los foros, los blogs… internet, no olvidan. Por lo que se acentúa el concepto ‘Karma’. Todas las acciones, todas las percepciones y todos los significados construidos son accesibles y están vivos, sucedieran cuando sucedieran.
Lo que obliga a las marcas a tener que convivir de forma perenne con toda su historia de actos y acciones. Ahora sí, les persigue su Karma.
Preguntemos a BP lo que le va a costar salir del Golfo de México cuando teclees BP en Google Images, o a NIKE cuando busquemos ‘dopaje’ en Google.
Por lo tanto, si las personas tenemos la capacidad de ‘olvidar’ aquello que hemos hecho mal, y poder seguir con nuestras vidas sin un eterno recuerdo de ello, las marcas no.
Esto abre una nueva ventana a la gestión de marcas, basada en el gobierno absoluto de la misma. Nada puede quedar al azar, todo tiene que ser fruto de un plan trazado para que nuestra trayectoria mantenga nuestro Karma en niveles aceptables.
10 Consejos para mantener el Karma de Marca

1. Establecer una personalidad de marca que sea capaz de transmitir la propuesta de valor en todos los puntos de contacto, de una forma coherente y consistente, generando los significados adecuados, siempre.
2. No permitir que la marca caiga en tendencias inadecuadas para su filosofía, idea de marca, o personalidad. No dejar la marca al servicio de la publicidad, sino la publicidad al servicio de la marca.
3. Establecer un plan para construir el valor añadido en el mismo sentido para: Empleados, Clientes, Proveedores y Sociedad.
4. Crear hojas de ruta sobre la actuación de la marca en crisis. Cómo responderá, en qué tono, qué mensajes, cómo afectará a la idea de marca, cómo lo gestionaremos a corto-medio-largo plazo.
5. Identificar y formar a nuestros embajadores de marca. Tanto empleados, como personas relevantes.
6. Tener claro que hoy nuestro embajador de marca más importante, es el colectivo, más que el individuo.
7. Ser honestos, claros y transparentes. Establecer una coherencia entre lo Qué Soy, Qué Hago y Qué Digo.
8. No mirar a la sociedad como un punto de contacto, sino formar parte de ella. Comprometerse con la realidad de las diferentes audiencias ayuda a ser uno más.
9. Las empresas venden productos, las marcas se relacionan con sus consumidores. Cambiar el pensamiento comercial, por el de generar valor tangible o intangible entre los consumidores, más allá de la acción de venta de producto.
10. Nunca negar el pasado, utilizarlo para construir un futuro mejor. Las marcas hoy no pueden huir de lo que fueron, o lo que hicieron. Enfrentarse a ello ayuda poner orden y cerrar heridas abiertas.

Seguro que no hay nada de todo esto que no haríamos como personas. Pues las marcas deben hacer igual, conectar marcas con personas, significa establecer relaciones humanas, y eso implica ser más persona que marca.
En fin, que el Karma os acompañe.

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