Estos últimos días hemos escuchado algunos comentarios de ciertos estudios sobre la confianza en las marcas y el rol que estas tienen en nuestra sociedad.
El dato que más nos llamó la atención es que ‘A los consumidores no les importaría que el 73% (y en EEUU el 92%) de las Marcas desaparecieran de un plumazo’.
¿En serio?
Como decían nuestras madres, ‘hijo, no sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes’.
Las consecuencias de esto, es algo muy serio, un mundo sin marcas, o con menos marcas, es un mundo muy diferente al que conocemos actualmente, y nosotros hoy, no seríamos los mismos, ni nuestra sociedad tampoco.
Las Marcas nacieron para diferenciar unos productos de otros, posteriormente para responder a nuestras necesidades y deseos, y hoy incluso para ayudarnos a construir nuestra identidad y proponernos una forma de vida.
Pero bueno, imaginemos un mundo sin marcas…
UN MUNDO SIN MARCAS
Esto sería algo parecido a que alguien apretara el botón de OFF del suministro mundial de energía… pánico, oscuridad, perdición.. ¿Por qué?, porque necesitamos la Luz para ver, para sentirnos seguros, protegidos, para relacionarnos con el entorno que nos rodea, para hacer funcionar nuestros electrodomésticos, etc..
Pues con las Marcas lo mismo. Si alguien fulminase las Marcas, nos quedaríamos literalmente a oscuras.
Exagerado, ¿No?. Pues no.
Una de las principales funciones de las marcas son, entre otras cosas, enseñarnos a comprar. Son las marcas las que nos enseñaron que el pan mejor tierno, que los yogures son buenos con fibra para el tránsito intestinal, que para comprar un ordenador mejor medir la velocidad, que si queremos un coche familiar pensemos en la seguridad, que si necesitamos quitar una mancha correosa el oxígeno activo, etc..
Las Marcas crean las didácticas de las categorías de producto, y nos enseñan a valorar lo principal de los secundario, nos ahorran tiempo y análisis ya que depositamos nuestra confianza en lo que dicen y sólo contrastamos aquellos atributos entre dos productos que son diferentes.
Imaginemos escoger unas galletas de esta forma:
Galleta de trigo con 25% de cereal integral, 3 bolsas de 8 galletas, lactosa, 30% de fibra, 3% de grasas saturadas, y peso neto 96g.
Y esta es toda la información que tenemos del producto.. porque la Marca, no existe. ¿Qué hacemos? ¿Es buena para los niños? ¿Para la dieta? ¿Es artesanal? ¿Me aportará la energía que necesito?...
No hablemos de un coche, o de un detergente.
Al final, las marcas capitalizan una cantidad ingente de información que nosotros simplemente no vemos y la interiorizamos de forma automática.
Por lo que los líneas de un supermercado se convertirían en un páramo oscuro lleno de productos e información que no despertaría nuestra confianza. ¿Cómo sabemos que es buena? ¿Cómo la recomendamos? No podemos.
Por otro lado, el esfuerzo de las marcas por diferenciarse de su competencia, les ha obligado a innovar, a encontrar nuevas formas de ordenar la información o transmitirnos nuevos mensajes sobre sus beneficios. Lo que sabíamos hace 10 años de galletas, es la mitad de lo que sabemos ahora.. ya no hablemos de yogures.. ni de coches, ni de tecnología.. sin esa competencia no habría avance, o lo habría a un ritmo mucho más lento.
Sin marcas, no hay innovación efectiva.
El otro punto, es que las Marcas representan negocios, empresas, trabajadores, gente.. no marcas, no competencia, no empresas, no trabajadores, no gente… el modelo económico actual, por mucho que nos pese y por mucho que no nos guste.. está sujeto a la competitividad y al esfuerzo de las empresas por mejorar su posición en el mercado, a través de las marcas.
Sin marcas, no hay competencia, no hay innovación y no tendríamos la capacidad de escoger. Se pierde La libertad.. es como estar en un régimen Comunista.. todos, todo igual.
Tendríamos una crisis de identidad, todos con la misma calidad de vestuario (para qué iban a haber diferentes calidades si no hay competencia, no hay marcas), todos con la misma tipología de coches, de móvil, etc.. El ser humano, necesita las marcas para construir la identidad que quiere proyectar.
A estas alturas, alguien estará pensando en que es una locura, que tenemos la Marca Blanca… la ‘Marca’ Blanca, ya ni es blanca y es mucha marca, esa tampoco existiría, hemos dicho un mundo sin Marcas.
Es decir, vestiríamos con pantalones de Industrias Textiles Alonso, o Moda Gómez, aunque sean descriptores de empresas, no tardaría en convertirse en Marcas, porque competirían entre sí, innovarían, nos hablarían, los prescribiríamos y acabaríamos sabiendo si vestimos de Alonso o de Gómez, como el Adidas y Puma, como el Ferrari y el Lamborgini..
Simplemente, un mundo sin Marcas es imposible… y de serlo, os aseguramos que sería lo más triste y oscuro que podamos imaginar. Sino siempre podemos volver al modelo feudal, o a la edad media, no se vivía del todo mal..
En fin, perdónales, no saben lo que dicen.
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