Ya hemos hablado de los problemas del showrooming, la tendencia de comprar en Internet los productos que vemos en las tiendas para ahorrarnos dinero y de como los retailers deben adaptar sus negocios con nuevas tecnologías para ofrecer experiencias a la altura de las expectativas del cliente y evitar su fuga.
Afortunadamente para aquellos que se sienten amenazados por el e-commerce, existe la tendencia contraria.
Hoy os presentamos el webrooming:
consumidores que prefieren buscar los productos en la red para después adquirirlos en sus puntos de venta habituales.
Muchos pensaréis que se trata de una tendencia practicada tan solo entre los consumidores más desconfiados y reticentes a realizar pagos on-line. Sin embargo, nos encontramos ante una práctica mucho más extendida de lo que nos imaginamos.
Un estudio realizado por la consultora internacional Forrester Research arroja datos reveladores al respecto. Según las distintas encuestas realizadas, esta forma de consumo es ya una de las más comunes entre los miembros de la Generación Y, jóvenes entre 18 y 35 años que a pesar de haber crecido inmersos en la era digital se decantan por combinar comercio tradicional y on-line a la hora de realizar sus compras.
El mismo estudio revela que el 45% de los clientes que compran en las tiendas después de haber consultado en Internet, acaban comprando más artículos de los que inicialmente habían visto en la web. Ante estos datos, las marcas deben reaccionar y comprender que actualmente la presencia en el mundo digital no es una opción: es una obligación.
Pero, si Internet rige nuestras vidas y cada vez estamos más acostumbrados a realizar nuestras gestiones y transacciones en la red, ¿porque esta nueva generación sigue creyendo en los puntos de venta tradicionales?
Las razones son múltiples. Primera, porque ir de compras sigue considerándose una actividad lúdica a la que pocos estamos dispuestos a renunciar. Una forma de entretenimiento que nos permite pasar buenos momentos solos o sociabilizarnos con familiares y amigos. En segundo lugar, el shopping es considerado por muchos como una clara extensión de la red social. Y por último, por una clara cuestión de pragmatismo. Muchos consumidores no quieren incurrir en gastos de envío o sencillamente quieren poder disfrutar del producto desde el momento de su compra.
Para empezar, la presencia en Internet es crucial y con ella la generación de contenidos de calidad capaces de atraer nuevos usuarios que buscan informarse y conocer nuevos horizontes. Esto permitirá a la marca un mejor posicionamiento en el mercado y proporcionará un incremento en el número de visitas en sus tiendas.
Pero el verdadero reto de las marcas ya no está en conseguir que los clientes acudan a las tiendas sino en saber ofrecer a los consumidores aquellos estímulos que respondan a sus expectativas para conseguir que tras su visita éstos sigan manteniendo el contacto con la firma.
A pesar de la vorágine digital en la que vivimos inmersos, seguimos apreciando el valor de las pequeñas cosas, es por ello que creemos que el showrooming y el webrroming son dos tendencias que se complementan y que ponen de manifiesto la importancia de la integración del mundo on-line y off-line en el sector del retail.
Por eso, las marcas deben estar presentes a ambos lados de la barrera aportando valor añadido en cada punto de contacto. Porque, al final, el valor de las pequeñas cosas se encuentra allí donde queramos que esté.
\ por Mireia Holthoefer
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