¿Qué sería de Batman sin Robin, de Oliver sin Stanley, o de Bonnie sin Clyde? Parejas que se necesitan y se complementan, dónde sus partes son más productivas juntas que separadas. Lo mismo le sucede a la Marca con sus Embajadores.
Al igual que un cuadro representa la obra de un pintor y nos dice mucho sobre su vida, sus miedos, sus inquietudes, sus pasiones… aunque no lo tengamos delante, el Embajador de Marca es el mejor prescriptor de sus productos o servicios.
Las marcas a veces centran todos sus esfuerzos en convencer al cliente de que su producto es el mejor, y se olvidan de sus mejores representantes, sus empleados. Qué mejor imagen de marca que un Embajador enamorado de su producto. Para enamorar primero hay que conquistar. Para conquistar primero hay que convencer.
Y OJO, un Embajador de Marca puede ser cualquier empleado de nuestra compañía, no lo confundamos con un ‘BrandStar’ o una Celebrity. Desde el portero de la empresa, hasta el personaje más famoso de nuestra comunicación puede ser nuestro Embajador.
El Embajador de Marca tiene que ser el que mejor conoce el producto, el que lo vive y vibra con él. Así que lo primero que tendría que hacer una Marca es crear experiencias únicas y memorables para sus empleados, momentos de placer, de evasión y al fin al cabo de felicidad. Siempre mejor vivirlo a que te lo cuenten. Nunca recomendarán algo que no hayan probado y en lo que no creen de verdad.
En Experiencias de Marca donde intervienen Embajadores, si no transmiten adecuadamente sus valores, no consiguen emocionar ni llegar al corazón del cliente, la experiencia no funciona. Sus gestos, palabras y actitud son determinantes.
¿Cómo tiene que tratar la Marca a su Embajador?
1. Hacer que se sienta único
Al igual que queremos personalizar la Experiencia para que el cliente se sienta único, deberíamos de hacer lo mismo con nuestros empleados. Ni todos son
Iguales, ni a todos les motivan las mismas cosas. La identidad personal debería estar por encima de la identidad corporativa.
2. Valorarle y Premiarle
El reconocimiento es parte fundamental de la motivación. Si no conseguimos inspirar y motivar a nuestra gente, peor lo haremos con nuestros clientes. No podemos olvidarnos de premiar el esfuerzo.
3. Cuidarle todos los días, no descuidarle nunca.
Una experiencia tiene un largo recorrido, es el camino que queremos vivir junto al cliente y que nunca debe tener fin. Lo mismo sucede con los Embajadores de Marca, su sentido de pertenencia se fomenta día a día, tenemos que ayudarles y acompañarles a lo largo del camino.
4. Ayudarle a desarrollar su Marca Personal
Un Embajador que desarrolla sus virtudes y se siente exitoso, es el mejor activo para una marca. La Marca Personal y la Marca Corporativa deben cooperar, nunca competir. Si queremos que el empleado se sienta comprometido con la Marca, debemos integrar su Marca Personal con la Corporativa.
Una marca nunca tendrá éxito completamente sin haber desarrollado el rol de Embajador de Marca. Los esfuerzos en Branding y Marketing no son suficientes si no se aprovecha el mejor activo, nuestra gente.
Lo dicho, ¿Qué sería de Batman sin Robin?
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