En el juego del Tragabolas, también conocido con Hungry Hungry Hippos, cuatro jugadores con un hipopótamo cada uno, compiten por comerse el máximo número de bolas posible. ¿Cómo?
Pulsando una palanca que abre la boca del animal y la extiende al centro del tablero. Para hacerse por completo con la bola, se debe dejar apretada la palanca durante un corto tiempo para que ésta caiga por un agujero, situado en la parte baja de la zona del jugador. El juego termina cuando ya no queda ninguna bola en el tablero, y gana el que más bolas tiene.
El cliente no es una presa, la búsqueda del cliente no consiste en cazarle, sino en quererle cuidarle, mimarle, y lo más importante ganarse su confianza. Sin confianza no hay cliente, sin cliente no hay marca.
Cuantas veces vemos como las marcas pierden el norte y en lugar de tratar al cliente como alguien único e irrepetible, le agobian, no le dejan respirar. Hay que tener en cuenta que no todas las bolas son iguales…clientes emocionales, irónicos, exigentes, conformistas, racionales, entre otros. Por eso, no se puede tratar a todos de la misma forma; hay que saber diferenciarles para que se sientan satisfechos con la atención que se les brinda.
El objetivo de una marca nunca debería ser atrapar el máximo número de clientes posibles, como los hipopótamos con las bolas, debería primar la calidad y no la cantidad. Un cliente fiel es un valor seguro, es el mejor capital que puede tener una marca.
Cuando hablamos de fidelizar, debemos pensar en una relación a largo plazo, en una conquista diaria, construida sobre la confianza.
¿De qué sirve que centremos nuestros esfuerzos en espectaculares Experiencias de Marca si no cuidamos todos los días a nuestros clientes? La Experiencia con la marca tiene que ser diaria, no solo puntual.
Entonces, ¿que debería hacer una marca para conquistar a su cliente?
1. Acortar distancias
Si no nos acercamos al cliente, nunca sabremos lo que quiere, las barreras se deben destruir y las distancias acortar. Siempre cerca, nunca lejos.
2. Escuchar
Escuchando se sabe lo que quieren las personas, nada mejor que preguntar para saber. Atender sus preferencias es fundamental para que el cliente sienta que la marca está comprometida.
3. Buscar su satisfacción
La satisfacción es una premisa fundamental para ganarse un lugar en el corazón del cliente. El cliente satisfecho vuelve, comunica y deja a un lado a la competencia. Debemos buscar calidad y satisfacción en las Experiencias de Marca.
4. Construir una relación duradera
Cualquier relación requiere esfuerzo y atención. Aunque creamos que el cliente nunca nos va a abandonar esto depende única y exclusivamente de nosotros. La estrategia no debe ser solo competitiva sino constructiva.
Menos obsesión por atrapar bolas y más por retenerlas.
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