¿Quién es?, Soy yo... ¿Qué vienes a buscar?, A ti... Ya es tarde... ,¿Por qué? Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti... Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa,
Y pega la vuelta …¿Qué tendrá que ver Pimpinela con el Branding?
Bueno, el Branding se parece mucho a intentar entender la vida, nuestra vida. Aquello que hacemos, cómo nos relacionamos con el entorno, lo que significamos para los demás y de qué manera formamos parte de sus vidas.
En este camino de significar y formar parte de la vida de alguien, es importante uno de los factores menos comunes de nuestros días, la constancia.
Si, la capacidad de ser constante. ¿Fácil? Pues no. El ser humano es incostante por naturaleza, inquieto y curioso, y eso hace que este factor sea muy difícil de encontrar.
Da igual que creyéramos que era el trabajo de nuestra vida, que siempre encontraremos el momento para sacar el polvo que se esconde debajo la moqueta.
Este factor, también es difícil de encontrar en las Marcas. Y de ahí nuestro arranque con Pimpinela!
La falta de constancia en la relación de una Marca con nosotros es uno de los mayores problemas para poder construir una relación poderosa, relevante y significativa. Y algo que se asocia a la constancia es la fidelidad. Sin constancia no existe la fidelidad, y aquí pueden empezar los problemas para una Marca.
Las Marcas, a veces, confunden la constancia con la coherencia o la consistencia, que son dos dimensiones que una marca trabaja para proyectar un único significado y crear un valor en nuestras vidas.
Pero, la coherencia y la consistencia actúan sobre la construcción de la Marca en mí, mientras que la constancia ayuda a construir la Relación de la Marca conmigo.
¿Cuántos de vosotros habéis sido perseguidos por un operador móvil para cambiaros de compañía? ¿Cuántos de vosotros recibisteis un ‘Hola’ después de la primera factura al cambiar?
Muchos de vosotros sabéis qué operador móvil tenéis por las facturas que os llegan a casa, o por el icono que aparece en vuestra pantalla, no porque la Marca esté teniendo un diálogo activo con vosotros. Es más, en ocasiones interactuáis más con el fabricante del móvil que quien os ofrece la cobertura y el servicio.
De hecho, personalmente sé que Yoigo tiene un tono de voz y personalidad concreto por la comunicación que proyecta en sus puntos de contacto, no porque haya interactuado conmigo después de mi alta y contratación. Ni para felicitarme el cumpleaños.
Eso es una falta de constancia en su relación con sus clientes. Y las faltas de constancia generan distancia, y la distancia, olvido.
Esto podemos extrapolarlo a Electrodomésticos, Automóviles, Compañías Aéreas, Bancos, etc..
¿Cuándo fue la última vez que tu Banco te preguntó cómo te había ido el dia? ¿Nunca? Qué raro!
Las relaciones Marcas-Personas tienen dos vectores, uno de cumplimiento racional (satisfacción producto/servicio) y el otro de conexión emocional, y eso tiene que ver con lo constante que pueda ser tu Marca contigo, más allá de un programa genérico de fidelización o de puntos, sino como se acerca personalmente a ti.
Como en cualquier relación, si dejas de intentar enamorar a la otra persona, el amor se acaba.
La fidelidad no se consigue firmando un contrato, sino estando presentes en la vida de las personas de forma significativa y constante.
En fin, una factura nunca fue un gran saludo.
COMMENTS