Si te caía mal alguna de las tres grandes operadoras de telefonía móvil en España, y estabas huyendo de ellas, lo sentimos mucho, no tienes a donde ir.
El fenómeno de convergencia que se está fraguando en España con la adquisición, fusión, compras y ventas de los grandes grupos de la telecomunicación, está generando un baile de marcas y escenarios interesantes, y caóticos para los consumidores.
Lo vimos en el artículo ‘Mi amor no está en venta’ y 'Clientes o Rehenes', como de repente después de ser cliente de una teleoperadora y acabar desencantado, buscaste un nuevo sitio en el que sentirte cómodo y apreciado, pero ahora vuelves a sus garras de nuevo.
Es como intentar escapar de un pulpo, acabes en el tentáculo que acabes tiene la misma cabeza.
Telefónica se hizo con Digital+, Vodafone con ONO, Orange con Jazztel, y estamos esperando a ver quién decapita a la pobre Yoigo que se ha quedado con un 4% del pastel.
Telefónica se queda con un 18%, Vodafone-Ono con un 15%, Orange-Jazztel con un 14%, Yoigo un 4%, un total del 51% del mercado.
Aquellas marcas que surgieron de forma alternativa para dar respuesta a modelos más tradicionales, aportando frescura, nuevos enfoques, nuevas dinámicas han acabado fagocitadas por los grandes grupos.
¿Por qué?, bueno, entre otras cosas, los grandes grupos controlan las infraestructuras por las que las pequeñas operan. Y eso, ya supone un palo en la rueda
Es interesante observar como Yoigo, Jazztel, ONO que estaba creciendo de forma significativa en usuarios, en detrimento de los Movistar, Vodafone y Orange de turno, no han podido sobrevivir a la presión económica de los grandes.
Si eran opciones preferentes para los consumidores que huían de las grandes, ¿Qué falló? ¿Un modelo no sostenible? ¿Simplemente una falta de tiempo en el mercado? ¿Falta de apuesta por seguir compitiendo?
Ahora se dibuja un reto importante, que estas marcas consigan que sus consumidores estén en ellas porque quieran estar, no porque se sientan atrapadas y se transformen en un rehén.
Habrá consumidores que sean hoy de Ono, Jazztel y Yoigo, pero desde ayer en realidad son Vodafone, Orange y Yoigo (de momento), compañías por las que habrán podido pasar en otras épocas y decidieron cambiar… ¿Tienen que volver a serlo?
Muchos de los consumidores estarán en la misma situación, y mucho tendrán que cambiar las cosas y mucho tendrán que convencerles para que miren a sus nuevos operadores con los mismos ojos que miran a los que se van. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que se sientan orgullosos de ser cliente de esas compañías y recomendarlas.
Estas marcas se enfrentan a un reto de engagement interesante que deberán solventar, más allá de los 8G, los 2 millones de Megas y la tarifa Diplodocus.
En fin, Yoigo.. escóndete.