La actitud es lo que diferencia un éxito de un fracaso, un intentarlo de un conseguirlo, un querer de un poder.
La actitud es la forma con la que nos enfrentamos al mundo y mostramos de qué estamos hechos. Es la forma en la que los demás nos conocen, en la que nos pueden definir y entender qué nos mueve.
La actitud es el alma de lo que hacemos, el sentido de nuestra vida.
Las personas nos enfrentamos al mundo con una actitud particular, generalmente fruto de nuestra personalidad, vivencias, experiencias, fruto de lo que somos. La actitud es el precursor de nuestro comportamiento.
Una actitud valiente nos llevará a comportamientos atrevidos, y seguro que tiene su origen en una personalidad curiosa, extrovertida o decidida.
Lo mismo sucede con las Marcas, lo hemos explicado mil y una veces en Branzai. La actitud que muestra una marca es una invitación a vivirla, a formar parte de su mundo y a que ella forme parte del nuestro.
Las marcas hace mucho tiempo que evolucionaron de lo racional, a lo emocional y de lo emocional a lo actitudinal.
Marcas capaces de construir contextos actitudinales que permiten a sus audiencias conectar con ellas en un plano superior y proponer una forma única de vivir la vida. ‘La vida es chula’, ‘Destapa la felicidad’, ‘Si puedes hazlo’, ‘Nacidos para explorar’.
Pero como en las personas, las actitudes de una marca son fruto de su personalidad y esencia, no podemos esperar de una marca algo que no tiene, y si lo hace tenemos marcas efímeras. Marcas que reflejan algo que realmente no son.
Uno de los últimos ejemplos de marcas actitudinales, nos llega directamente del papel cuché. Una marca que lleva con nosotros varias décadas y que hoy ha dado el paso de expresar aquello que todos ya sabíamos, pero que le permite capitalizar su verdadera esencia poniéndola en valor.
Hablamos de Cuore. Esa revista del corazón que nació a contracorriente de las demás, y que decidió desde sus inicios apostar por el lado menos amable y bonito del famoseo y la farándula. Socialmente conocida como la revista del ‘ARRRRGGGG’, construyó desde la posición competitiva de una mirada crítica e irreverente.
Un posicionamiento que ha seguido fielmente, alejándola del resto de actores de la categoría que siguen canibalizando sobre el mundo ideal de los famosos. Ese rosa irreal que sólo viven ellos.
Una marca que ha sabido poner en valor su personalidad, propuesta y tono, algo que ha conjugado muy bien con el tiempo. Pero a pesar de ello, hasta la fecha era una marca incompleta. Todos sabíamos qué podíamos esperar de Cuore, pero pocos sabíamos verbalizarlo más allá del ‘ARRGGGGG’.
Hoy se viste de marca y nos presenta su nuevo posicionamiento, que tiene tintes de convertirse en una nueva actitud.
#NOFILTER es el resultante de su nueva campaña dirigida por Sra.Rushmore y que pone en valor ese otro lado de la vida perfecta, que Cuore refleja tan bien en sus ediciones. El mundo no siempre es rosa, y aquí lo contamos como viene.
VER SPOT.
Una verbalización de un posicionamiento que refuerza esa idea disruptiva de una marca que se salta los convencionalismos, y a la que le importan las cosas de verdad, la realidad.
#NOFILTER es una propuesta contundente que establece un nuevo escenario para que nazca una actitud de marca poderosa para todas sus audiencias. Decir lo que piensas, hacer lo que te apetece, vivir la vida sin pensar…
Un reflejo de una trayectoria que permite conectar con sus audiencias a otro nivel y convertirse en una marca capaz de generar un contexto que seguir.
Sólo un pero… la capacidad de la marca de construir este nuevo universo es proporcional a la capacidad de la marca por seguir apostando en la misma dirección, de lo contrario se quedará en una simple campaña.
Ahora Cuore, se enfrenta a una de las etapas más importantes como marca, si propones una actitud tendrás que seguirla. Eso debería verse reflejado tanto internamente como externamente, es decir en sus eventos, sus publicaciones, su comunicación, su cultura interna…
Facilitar a los empleados decir lo que piensan, evitar formalismos, las cosas sin rodeos, eventos un tanto locos, comunicación disruptiva, identidad verbal alineada…
Eso sí, nos gustaría ver a Cuore con algo más de identidad visual, al margen del color y el logotipo para decir realmente que estamos frente a una Marca.
En fin, las marcas que nos importan, son aquellas que vivimos.
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