Que sería del ser humano si no fuéramos capaces de imaginar aquello que no podemos construir. Que sería del futuro si no pensáramos más allá de lo que somos hoy capaces de hacer.
La ciencia ficción siempre ha ido un paso por delante de la ciencia y la tecnología, básicamente porque nuestra imaginación no tiene límites y la ingeniería sí.
Llegamos a la luna antes de que ni siquiera fuera posible, vimos el primer androide antes de que nadie supiera cómo hacerlo, todos quisimos un patinete volador en cuanto lo vimos, una máquina antimateria o respirar bajo el agua, todo lo imaginamos décadas antes de que pudiera suceder.
Es cierto que la imaginación, el atrevimiento, el empuje, el querer, nos ha movido como especie y somos un reflejo de esa pasión, pero no siempre podemos dejarnos llevar por lo que nos gustaría que fuese, sino por lo que puede que fuera.
Vivimos en una sociedad de la inmediatez, con una capacidad competitiva extraordinaria, donde los tiempos para soñar quedan en los proyectos a largo plazo y el hoy es el ayer.
En un contexto como este, las Marcas tienen que ser muy pragmáticas y entender cuál es la forma de optimizar sus recursos e inversiones en el corto y medio plazo para poder tener un futuro que recorrer y en el que soñar.
Y no solo las Marcas, sino las consultoras y agencias que trabajan con ellas.
Es muy fácil soñar la Marca ideal, y muy difícil hacer que esto sea así. Que esto sea hoy, en la forma que queremos. Hoy os vamos a hablar cómo de sencillo es fastidiarla en un proyecto de Branding cuando intentas ayudar a una Marca.
Tendemos a creer que la parte más complicada del Branding es la conceptualización, la construcción de una estrategia poderosa que nos ayude a ser competitivos y a proyectar mediante nuestra identidad visual y verbal aquello que nos hará únicos.
Tendemos a creer que las consultoras y las agencias ofrecen simplemente un valor diferencial en lo buenas que son conectando la estrategia con el negocio, o en el fantástico ejercicio creativo que son capaces de llevar a cabo. Pero hay algo que todavía es más importante y que pocas veces paramos a pensar.
El Papel de Carta. La implementación. Esa fase que sucede después de la magia y que no todo el mundo es capaz de hacer. Ese momento en el que se pone a prueba el salto entre la realidad y la ficción, entre el ideal y lo posible, entre lo que quise y lo que es.
La magia de un proyecto dura muy poco, la estrategia, la creatividad, son fases muy bonitas que a todos nos gusta contemplar y participar, pero pronto llega la realidad y eso hay que trasladarlo a un entorno de 100, 200, o 1000 piezas. Es hora de la verdad.
La Fábrica. Ese proceso en el que toda activar la identidad visual y verbal en cada uno de los puntos de contacto, materiales, aplicaciones y soportes.
Un proceso de manualización, pruebas, implementación, correcciones y ajustes que tienen que llevar a la Marca a salir en un tiempo definido para reducir el impacto de costes y optimizar el cambio.
Un proceso en el que es muy muy muy sencillo perder toda la magia cultivada en las fases anteriores y convertir un precioso proyecto en una pesadilla para tu cliente y para tu equipo.
Si la Propuesta de Valor importa, si el Logotipo importa, si el Tono de Voz importa, la conversión de Pantone y ajuste a CMYK para cada soporte y técnica de impresión también importa. También importa si los colores escogidos son más estables que otros para conseguir una homogeneidad, también importa si el material de la papelería corporativa se ajusta a los costes de producción y calidad requerida, también importa si hemos sabido resolver los pequeños requerimientos técnicos en los Artes Finales, y también importa si fuimos capaces de avisar que el estilo fotográfico que propusimos cuesta una fortuna en licencias o no.
Es decir, la realidad de un proyecto y una Marca toman forma cuando nos enfrentamos en la implementación de todas sus piezas.
¿Quién no se ha enfrentado a implementar una identidad con degradados en vinilos? ¿O en bordados? ¿O en plásticos de extrusión? ¿Quién pensó antes de proponer ese degradado que los materiales en los que tiene que vivir son estos?
Tendemos a olvidarnos del presente cuando imaginamos el futuro, pero sólo lo que puede hacerse hoy puede transformar el mañana.
Así que cuando te pongas delante de un nuevo proyecto de Marca, y estrategia y creatividad den lo mejor de sí, los chicos de cuentas y producción, deberían estar presentes para dar un baño de realidades a quienes no la ven.
Por otra parte, decir, que hoy puede hacerse todo, y que es cuestión de voluntad de nuestro cliente poder hacerlo (tiempo, dinero), aunque no es realista en un mundo como el que vivimos hoy.
Si crees que el Papel de Carta o la conversión a CMYK son triviales, es de lo último que hablarás con tu cliente como tenga problemas.
En fin, el branding es más.
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