VW se hunde. Se acabó el coche del pueblo. El fin de una Marca. El entierro de una compañía. La crisis de un país.
Estas semanas hemos tenido que leer de todo en los medios sobre el fantástico caso de VW, algo que comentamos en Branzai también (ver artículo), y hemos tenido que escuchar todo tipo de predicciones apocalípticas, más propias de los Mayas que de una cultura que parece que no haya vivido nada parecido.
Si hay algo que caracteriza al ser humano, es su capacidad para olvidar. Para repetir una y otra vez con torpeza aquello que nos ha llevado al desastre.
Olvidamos por una sencilla razón, necesitamos espacio para seguir viviendo y experimentando las cosas nuevas que suceden a nuestro alrededor.
Al final nuestro cerebro es como un pequeño armario que va desechando la ropa fuera de temporada, o aquellas prendas a las que no le tenemos ningún apego emocional.
Es cierto que el caso VW ha dado que hablar y es evidente que no va a quedar aquí. La promesa de mantener las inversiones ya no es tal, y la declaración sobre el riesgo para sus trabajadores quedará en nada en las próximas semanas. Es cierto que el consumidor se siente engañado, y que hay una crisis enorme de reputación, no sólo de VW sino de parte de los valores país. También es cierto que su valor ha bajado y bajará, y que en algún momento veremos desfilar a alguien a prisión (espero).
No hace falta trasponerse 60 años atrás para recordar cómo Alemania ha cambiado por completo su imaginario después de la Segunda Guerra Mundial, nos basta con irnos hace 15 años para ver perplejos como BP se cargaba el Golfo de México, o 3 años atrás para ver como Bankia hundía la economía española…
O GM con el caso de los frenos de sus vehículos con un total de miles de muertes, o de Nike y sus centros de explotación infantil en Asia, o la crisis de la ‘caca’ de IKEA, o el escándalo por el pacto de precios entre las Petroleras, o los suicidios por malas prácticas en FranceTelecom, o.. o.. o..
¿Se nos había olvidado?
Bueno, pues qué nos hace pensar que esta crisis de VW no pasará, que no volverán a ser una Marca poderosa, que volveremos a comprar sus coches sin acordarnos de esto.
BP volvió más fuerte que nunca de su crisis, IKEA no hace más que expandir fronteras, NIKE bate sus récords año tras año, y BANKIA es la entidad financiera que más dinero está ganando.
Las crisis forman parte de la vida de las compañías y las Marcas, y la probabilidad de sobrevivir a ellas depende de la fortaleza que tenías antes de tropezar.
Una Marca fuerte no evita los problemas, pero reduce las consecuencias.
Está claro que esta lección no la van a olvidar ellos, pero seguro que nosotros lo haremos en cuanto desaparezca de los medios, 3, 2, 1…
En fin, olvidar… no perdonar.
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