Desde Marilyn hasta Cleopatra, el mundo siempre ha estado en los pies de quienes lo seducen.
La seducción forma parte de nuestra naturaleza, ha forjado imperios y derrocado fronteras. El ser humano necesita seducir para sobrevivir, ya sea por el simple hecho evolutivo de garantizar la continuidad de la especie, como para conseguir lo que necesita.
Hoy necesitamos seducir constantemente, y no me malinterpretéis, la seducción tiene mil caras. Hoy seduces intelectualmente al entrevistador para ese trabajo soñado, seduces a los padres de tu chica como yerno perfecto, seduces a tus amigos para que cambien sus planes por los tuyos, seduces a aquellos que no te conocen para que te den una oportunidad.
La seducción es la habilidad de despertar un sentimiento de interés y preferencia.
Si vemos detenidamente la definición de una Marca: un significado poderoso capaz de crear valor y preferencia. Las Marcas seducen.
En estos días, los últimos años, venimos escuchando de forma constante que el principal reto de una Marca es construir Confianza. Que la confianza es la base de cualquier relación, y que la necesitamos para poder avanzar en la vida de los demás. Que las Marcas tienen el deber de construir esa sensación en nuestras vidas.
Y es cierto. Pero nos dejamos algo en esa simple ecuación. ¿Cómo construyo confianza contigo sino te intereso?
No son pocas las Marcas que se han puesto manos a la obra en su intento de crear esa confianza que tanto demandamos los consumidores. Que si RSC, que si cuidados planes de activación de Promesa de Marca, que si perfectas formaciones a nuestro equipo de ventas para que proyecten la Marca, que si una detalla estrategia de PR para construir reputación, etc…
Santander, Repsol o Mapfre, son algunas de las Marcas con mejor reputación de nuestro país. Es decir son algunas de las Marcas que más confianza nos generan… pero ¿Crees que son capaces de seducirte? ¿Son capaces de generar tu interés? ¿Te atraen?
En este camino a la confianza, a la perfección nos hemos dejado olvidadas algunas de las cosas básicas de una relación. Toda relación humana comienza con un interés, con una seducción. La sensación de que hay algo que queremos descubrir, que nos llama la atención por encima del resto, que me atrae…
Hoy las Marcas se han olvidado de seducirnos.
Si bien una Marca no es la suma de luces, colores y efectos de fantasía, las Marcas que no las tienen no nos llaman la atención.
En este punto, en nuestro afán por llenar de contenido estratégico a nuestras Marcas, de crear relaciones, de centrarnos en lo que hacen, lo que dicen y en cómo se comportan, nos hemos olvidado de cómo las vemos.
Ese primer impacto, esa primera sensación, eso que sientes en el estómago por primera vez. Las mariposas no se tienen con lo previsible, surgen de lo inesperado.
La diferenciación, la capacidad de crear nuevos códigos visuales, verbales. El increíble talento de quienes rompen barreras, traspasan líneas, quienes transforman una necesidad en un deseo.
Esa capacidad de convertir lo que esperas en extraordinario. Las Marcas hoy necesitan esa capacidad.
Marcas perfectamente construidas desde una visión estratégica pueden pasar desapercibidas para todos si no son capaces de seducirte. Y si no lo hacen, jamás podrás establecer una relación con ellas.
La confianza no es más que el resultado de una perfecta seducción.
Centramos muchos esfuerzos en la definición perfecta de nuestra Propuesta de Valor, de nuestra Personalidad, Posicionamiento. Pasamos horas pensando en cómo podemos activar todo esto en cada uno de los puntos de contacto, y en ocasiones creemos que podemos cambiar una compañía completamente desde dentro.
Pero si desde fuera no se ve, sólo lo sabrán quienes ya te conocen.
La capacidad de una Marca para generar interés y seducirte, ya sea por su Identidad Visual o Verbal, es la capacidad de una Marca por posibilitar una relación. Y luego la confianza.
Cuando te enfrentes a la creación de una Marca o a su reposicionamiento, recuerda que si bien el logotipo no es una Marca, una Marca son puede existir en el mercado sin él.
Dicen que la belleza está en el interior, pero lo de fuera lo ven todos.
En fin, seduce a quienes te rodean y la confianza te la darán ellos.
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