El ser humano suele tener un pánico terrible al fracaso, al error, a equivocarse. Quizás nuestra cultura, instintivamente enfocada a la supervivencia, nos ha educado en minimizar los errores que cometemos en nuestras vidas.
Quizás esto sea parte de nuestra cultura moderna, pero desde luego no forma parte de nuestra evolución como especie.
Hoy estamos aquí, más que por los aciertos, los errores de los que aprendimos a acertar. Y parece que eso se nos ha olvidado.
‘Si funciona, mejor no lo toques’. Cuantas veces no hemos escuchado esta frase en nuestro entorno, y cuantas veces no nos entró el miedo al tomar una decisión sobre algo que no necesitaba urgentemente un cambio.
Al final, la vida está llena de errores y eso hace que la vida, sea vida.
Las Marcas, en ocasiones parecen haber perdido esta visión de supervivencia evolutiva, que las ha llevado a estar dónde están hoy.
La primera decisión que toma una Marca es ser Marca. Su primera decisión es enfrentarse a la posibilidad de fracasar.
Con el tiempo acaba encontrando su espacio y consolida esos miedos, para afianzarse a otros mayores. Mejor no tocar nada.
Las Marcas hoy, necesitan algo más que permanecer inmóviles en un contexto conquistado, pues la única cosa inmóvil que existe en este contexto, son ellos. Todo se mueve, todo evoluciona y cuando el mundo cambia a tus pies o te mueves o estas fuera.
Solemos pensar que las Marcas tienen que abordar los retos cuando los tienen encima, cuando algo empieza a ir mal. Pero la realidad es que cuando detectas que algo empieza a ir mal, suele ser tarde.
La Gestión moderna de Marcas, hoy, implica ser valientes y afrontar un futuro que todavía no ves. No dar nada por válido e inmutable y pensar siempre que aquello que funciona hoy, garantizamos que no funcionará mañana. Esto requiere cambiar nuestra visión de lo que es una Marca.
Si funciona, tócalo, porque es probable que pueda dejar de funcionar.
Este concepto no es nuevo, ya lo estableció Toyota con su mejora continua de la calidad a principios de siglo pasado, y de ahí parte de los nuevos procesos productivos e innovación modernos. Mantenimiento preventivo, antes de tener una avería.
Con las Marcas lo mismo. Si funciona tu posicionamiento, tu identidad, tu propuesta de valor hoy, piensa en cómo puede funcionar mañana. Evoluciónalo ligeramente para estar a la par que tu contexto, incorpora nueva cosas y deshazte de viejas, intenta ser escéptico con todo lo que crees que funciona.
Vive siempre en una versión Beta. Una versión de mejora continua, de Marca inacabada, de Marca por consolidar.
De esta forma siempre tendrás la percepción que estás en un proceso constante de aprendizaje, mejora y prueba continua que te hará encontrar cada día un espacio mejor y más perfecto.
Llevar a tu Marca a un estado Beta, es llevarla a la supervivencia mañana.
Hoy las Marca necesitan más que nunca, estar en manos de gestores inquietos, de mentes retadoras, de organizaciones que se mueven, de negocios que mutan, de consumidores que cambian y de contextos que se flexibilizan y se transforman.
El estado Beta nos permite estar en alerta constante y definir un nuevo modelo de gestión de uno de nuestros activos principales que no podemos dejar marchitar.
No hay nada inmutable en nuestro universo, ni el tiempo, ni la materia, ni la energía, ni siquiera las estrellas que ves inmóviles. Quedarse mirándolas es perderse lo que pasa a tu alrededor.
En fin, ponte en modo de pruebas.
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