¿Imaginas un mundo sin imaginación? Un mundo en el que todo fuera aquello que ves, en el que todo tiene el único sentido que le das a las cosas, un mundo en el que no existe la capacidad de soñar.
Por suerte, mientras el ser humano siga siendo humano, nos acompañará la imaginación, los sueños y aquello que hace posible que ocurran, la creatividad.
Todos y cada uno de nosotros, somos seres creativos. A todos en algún momento de nuestras vidas, de nuestro día, nos gusta innovar, encontramos soluciones a pequeños problemas, sorprendemos a quienes nos rodean, e incluso imaginamos cosas como no las hemos visto antes.
Es una de las pocas capacidades del ser humano que se esconde a medida que nos hacemos mayores. A medida que a nuestro cerebro le establecemos pautas, reglas y fronteras de pensamiento. A medida que hacemos rígida nuestra conducta.
La Creatividad es la capacidad de conectar lo inesperado.
Nos ayuda a encontrar nuevas soluciones, nuevos caminos. La cura del SIDA o del Cáncer no está escrita en los libros, de hecho está escrita en alguna red neuronal que se ha construido de forma distinto en una niña o un niño que hoy todavía no lo sabe.
Por eso la Creatividad es fundamental, para la vida y para todas nuestras profesiones. Desde el médico que encontrará la forma de mejorar lo que ya sabe, hasta el abogado que ingeniosamente encontró el recurso adecuado cuando nadie lo esperaba.
Pero hoy nos vamos a centrar en la Creatividad aplicada a la estrategia, al Branding.
Cuando hablamos de construcción o gestión de Marcas, hablamos de la capacidad de aportar ciencia y método a la creación de valor y preferencia para una compañía. Un proceso que tiene una parte racional tremendamente importante que nos aporta el sustento de nuestras decisiones.
Pero en ocasiones ese proceso se olvida de algo, la improvisación.
¿Están todas las soluciones en los datos? ¿Están las verdades del mañana escritas en los libros de hoy? ¿Encontraremos las respuestas dónde todos las buscan?
Seguramente no. Seguramente la creación de una Marca excepcional, merece un proceso extraordinario.
Pensar diferente, seguir tu intuición, dejarte llevar por caminos que jamás explorarías, darle la vuelta al papel y empezar a andar desde otra dirección.
Cuando hablamos de Creatividad desde consultoría, siempre se asocia a la parte que transforma el dato en la idea, o la idea en la identidad, pero pocas veces hablamos de procesos creativos para encontrar esos escenarios distintos de partida, para la interpretación de esos datos más que para escribir la idea.
¿Y si miramos el contexto competitivo de otra forma? ¿Y si miramos nuestro producto desde otra perspectiva?
Necesitamos incorporar a la Consultoría de Marca procesos creativos a todos los niveles propios de las agencias de publicidad. Procesos que nos permitan afrontar, con la solidez del análisis, otras formas de enfocar las soluciones.
La Creatividad que no resuelve un problema, es simplemente arte. Por eso necesitamos combinar los procesos creativos con el poder del análisis.
No se trata de analizar y pensar, ni de pensar sin analizar, se trata de analizar pensando, de pensar analizando.
Esto que parece de Perogrullo no es nada sencillo… empezando por el tipo de talento que tienes que contratar (estrategas analíticos y creativos), pasando por los procesos internos, la forma de presentar los resultados y las recomendaciones, e incluso la didáctica con tus clientes, será todo un reto.
No creo en las soluciones mágicas sin sustento, ni en las tablas de Excel con trillones de datos. Creo en la improvisación prevista, que permite llegar a dónde otros no llegan y otros no saben justificar.
En fin, imagina y analiza.
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