Start-Up: Acción de iniciar o comenzar algo.
Este verbo se ha convertido en un sustantivo ampliamente utilizado últimamente para describir aquellas iniciativas emprendedoras que ponen en marcha un negocio o una idea, en un tiempo corto y con recursos limitados.
Lo que viene siendo el ‘chiringuito’ de toda la vida.
Pero como todo término anglosajón se ha cargado de relevancia y mucho se ha escrito sobre ello. Una forma más dinámica de emprender, que basa su éxito en el uso de técnicas prueba-error para conformar un modelo ágil que te permita operar desde el día uno, mejorando el siguiente. Lo que algunos conocen como ‘Método Lean’.
Pero, ¿funciona?
Las cifras nos dicen que el modelo no es ni mucho menos mejor que el que veníamos teniendo estos años. Es incluso peor.
9 de cada 10 Startups no consigue llegar a los 3 años de vida. Y las que llegan a los 3 años habrán cambiado por el camino 2,7 veces su modelo de lo negocio. Es decir el 10% que tiene éxito no se parece en nada a lo que inicialmente quiso ser.
Eso plantea una gran pregunta, ¿Cómo se está abordando el emprendimiento? ¿Es suficiente abordarlo desde el modelo de negocio? ¿desde el producto? ¿Qué pasa si lo abordáramos desde la óptica de la Marca?
Uno de los principales problemas de estos modelos ‘Lean’ es la falta de foco en la Marca, en entender no sólo donde podemos estar mañana con un producto viable en el mercado, sino si ese producto puede sustentar una promesa de valor relevante que nos ayude a seguir estando mañana.
No necesitamos productos mínimamente viables, sino Marcas mínimamente sustentables.
Establecer con detalle un estudio de las oportunidades, no de producto ni modelos de negocios, sino de propuestas relevantes para los consumidores de ese mercado, es esencial para entender si tendremos hueco sostenible o no.
Cuando piensas desde la Marca piensas desde la necesidad a cubrir, cuando piensas desde el Producto piensas desde tu capacidad de producir.
La visión de la Marca te ayudará a entender cuánto de flexible y diferencial tiene que ser tu modelo de negocio, te ayudará a entender cómo enfocar el mensaje más allá del atributo, cómo presentarlo de forma relevante y cómo conectar con tus consumidores de una manera única.
Quieras llamarte Startup, chiringuito o PYME, sólo hay algo que tienes que tener claro, no te preguntes qué puedes vender, sino lo que los demás quieren comprar y por qué te lo comprarían a ti. Y eso, es Marca.
En un mundo que va a la velocidad del bit, entendemos las prisas por ser los primeros en presentar un mínimo producto viable en el mercado antes que los demás, pero la historia dice que no siempre que llegas primero eres el mejor.
En fin, uno de cada 10, sólo uno de cada 10. Piénsalo bien.
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