Si hay algo que hemos perseguido durante nuestra historia como seres humanos, es tener la capacidad de conectar con otras personas.
Somos seres que necesitamos crear vínculos para vivir. Vínculos de afecto, de amor, de respeto, de temor.
Queremos que esas personas que nos importan nos acompañen en nuestras vidas, y que creen lazos emocionales con nosotros. Es entonces cuando se construye una relación de fidelidad, compromiso y respeto.
En pocas palabras es lo que en Branding conocemos como Engagement. Es la capacidad de atraer y conectar emocionalmente tu Marca con tus empleados. Es la creación de un compromiso a largo plazo en el que la Marca es un motor emocional.
Las compañías con un alto nivel de engagement en sus empleados son más productivas, más eficientes, más felices, más competitivas, más creativas y son capaces de atraer o retener mejor talento.
El Engagement no es un programa de actividades, ni un plan de comunicación, es una forma de entender la relación de la Marca con los empleados.
Es la forma que tenemos de enamorarles con lo que somos y lo que hacemos. Pero, ¿Es saludable intentar enamorar a todo el mundo? ¿Es el engagement siempre eficiente?
Mucho se ha hablado de lo importante qué es el engagement, pero poco sobre lo importante que es detectar a quién o qué estás intentando enamorar.
¿Querrías que un psicópata se obsesionase emocionalmente contigo? ¿O te gustaría tener a tu lado para siempre a alguien tremendamente negativo?
¿Por qué las compañías no se hacen esa pregunta antes de activar los programas de engagement?
En realidad, si miramos hacia el interior de cualquier compañías seremos capaces de encontrar varios tipos de personalidades que podemos agrupar en grandes grupos, y su rol será positivo o negativo en función de lo conectados emocionalmente que estén a nuestra Marca.
El engagement no puede ser una forma de tratar a todos los empleados por igual, el engagement moderno tiene que ayudarnos a identificar las necesidades únicas de cada grupo de empleados y ofrecerles una solución al rol que queremos que tengan con nuestra Marca.
Según el vínculo que muestren y la actitud que tengan, podemos encontrarnos diferentes tipos de empleados. Conocerlos nos ayudará a saber qué hacer:
PSICOPATA
Personas altamente negativas que tienen un lazo histórico o emocional con la Marca y la compañía. Son tremendamente tóxicas porque no permiten evolucionar al conjunto ya que sienten suya la Marca pero no desean mejorar las cosas. Se sienten bien viendo las cosas mal.
POLIZÓN
Personas que realmente no tienen muy claro porque siguen aquí. No quieren aportar ni han sido capaces de crear un vínculo con la Marca. Son seres que tienen otros motivos más racionales para estar abordo, motivos que pueden acabar siendo contraproducentes para nuestra compañía.
ZOMBI (PASOTA)
Ni siente ni padece. No está conectado emocionalmente con la Marca pero tampoco busca obtener algo ni positivo ni negativo de la misma. Es un elemento funcional que irá a la deriva en función de la situación actual.
CÍNICO
Aquellos que sienten un grado de vínculo con la Marca pero no quieren ayudar a empujarla ni mejorarla, empleados acomodados que parece que serán un motor para la compañía pero que en realidad no acaban de comprometerse con la misma.
MARTIR
Empleados que a pesar de querer aportar, sumar, construir y cambiar las cosas no acaban de sentirse conectados con nuestra causa, nuestra Marca y lo que somos. Son pequeñas víctimas de un sistema que no sabe escucharles y acaba por destruirlos.
EMBAJADOR
Las auténticas estrellas. Empleados altamente conectado y comprometidos con la Marca y el proyecto que empujan, luchan y creen.
Podríamos extendernos más pero con esto es suficiente para hacernos una idea, que el Engagement es necesario pero puede tener efectos secundarios indeseados.
Entender mejor en el punto que estamos todos y actuar en consecuencia, nos ayuda a tener menos Psicópatas y más embajadores.
Porque en la vida las personas que restan las quieres lejos, en tu Marca también.
En fin, amores prohibidos.
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