Tengo frío, pues cógete una manta.
Cuando tenemos un problema, nuestro manual de supervivencia nos recomienda ir a la solución más rápida. Nuestra mente necesita tener una respuesta inmediata, sino se acelera el ritmo cardíaco, cambia el metabolismo, la sudoración, la respiración y llega el estrés.
Pero no son pocas las ocasiones que la ansiedad por conseguir la solución no nos deja pensar en el problema.
Hace frío porque tu calefacción no funciona, porque tu piso aísla mal, porque llevas la ropa inadecuada, porque no has comido las suficientes calorías hoy, porque…
Y este aprendizaje nos lo podemos llevar a cualquier dimensión de nuestra vida, incluso al Branding.
El Branding es una disciplina que se basa en encontrar soluciones a un problema. Encontrar la solución para conectar lo que tienes con lo que necesitan, una solución para ser más eficiente, una solución para crecer, una solución para proteger tu negocio, una solución para ordenarte mejor…
Y como fin último, una solución para crear valor y preferencia.
En este sentido, es muy habitual recibir el problema y ponerse a trabajar directamente en la resolución del mismo. Como el ejemplo de la manta. Y es ahí cuando cometemos errores de dimensiones épicas.
Mi arquitectura de marca es un desastre porque es inconsistente y hemos creado cientos de marcas internamente que ahora no sabemos gestionar. Solución: Ponerse a ordenar la arquitectura, limpiarla y hacerla más eficiente.
Ahora bien, cuando la dejes lista, ¿Qué crees que va a pasar? ¿Qué crees que pasa cuando no tienes tu casa bien aislada del frío? ¿Tendrás frío mañana? Seguramente…
Si te centras en la solución, estás respondiendo al problema sin solventarlo.
Si te centras en el problema, te empezarás a preguntar cuál es el motivo por el que se ha llegado a crear tantas marcas, qué lo ha propiciado, qué sistemas de control interno no funcionan, qué sentido tiene una arquitectura nueva si nadie puede controlarla o no existen los mecanismos de decisión adecuados…
Si te centras en el problema te darás cuenta que lo que necesita la compañía es mejorar la coordinación interna, fortalecer el rol del gestor de marca, introducir la didáctica de la importancia de una organización ordenada y proveer de herramientas y filtros para evitar la superpoblación de nuevas marcas sin sentido.
Cuando te enamoras de la solución, no llegas a ver el problema.
Por ello, desde consultoría, nuestro trabajo, no es ofrecer simplemente soluciones, sino leer más allá y solventar el problema.
Esta es la diferencia entre recibir un brief táctico y convertirlo en un proyecto estratégico. Es la diferencia entre hacer lo que te piden y sorprender con el trabajo, es la diferencia entre lo que esperan y el valor que generas.
En fin, tan simple y tan desconocido.
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