Recurso: Conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad o llevar a cabo una empresa.
Si nos plantamos en la mentalidad de principios del siglo XIX, y en pleno desarrollo industrial, el mundo se medía en recursos. Necesitábamos cantidades ingentes de recursos para poder mover la maquinaria de la producción industrial. Recursos naturales, recursos económicos...
Los Recursos no eran más que otra de las piezas de nuestra línea de montaje en cadena o nuestro centro productivo de masas. Un engranaje necesario para una economía que no puede parar.
Y por supuesto, los Recursos Humanos, una serie de activos disponibles para cubrir las necesidades productivas de una compañía. Y así nace uno de los términos que todavía hoy empleamos de forma totalmente equivocada.
Este enfoque nace, y todavía hoy podemos encontrarlo, como una forma de gestión de un activo, como el de las materias primas, o los fondos de liquidez. Algo que sin duda queda tremendamente lejos de lo que necesitamos actualmente.
Hoy las personas no son un recurso, son un pilar.
En pleno siglo XXI sorprende seguir viendo como llamamos a la gestión de las personas, Recursos Humanos. Cuando las principales economías mundiales crecen fuera de los modelos productivos tradicionales. Menos fábricas, más servicios de valor.
Hoy las personas que comparten sus proyectos personales con nosotros, son algo más que empleados, son talento, compañeros, son socios.
Desde la perspectiva de la Marca, se trabaja para construir modelos de gestión en los que el empleado deja de ser un recurso para convertirse en un ‘empoderador’ de nuestra compañía. En personas que sienten, viven y empujan su Marca desde la conexión más emocional, formando parte de un proyecto y una forma de vida, más que de una compañía u organización. Hemos pasado de los empleados, a los embajadores.
Pero si paramos a pensarlo, estamos en lo mismo. Una figura que utilizamos para nuestro fin. Una nomenclatura que nos sitúa siempre en una posición superior a ellos, cuando en realidad sin ellos no podríamos existir.
Hoy, las Marcas poderosas son aquellas que consiguen crear un sistema en el que las personas son socios de un proyecto, más que empleados de una compañía.
Hazme sentir que el proyecto es mío, y lo cuidaré tanto como lo cuidas tú.
Aquellas Marcas que son capaces de compartir, involucrar, motivar, incentivar y sobre todo, gestionar de forma inclusiva a su talento, son Marcas que funcionan por encima de la media de sus competidores. Porque tienen más entrega, son más competitivas, más eficientes y sobre todo, más atractivas para el talento.
Ni Empleados, ni Embajadores, necesitamos Socios.
Personas que comparten un Propósito bajo un mismo techo, remando en la misma dirección, hombro con hombro.
Ese es el primer paso para construir compañías competitivas donde las personas son talento y no empleados.
Sentirte parte de un proyecto, es sentirte parte de sus éxitos y fracasos, de sus retos y oportunidades, de sus alegrías y sus penas. Es sentirte parte de la Marca, de vivirla como nadie, de defenderla como nunca y de apostar por ella siempre.
Y eso señores, mejora el absentismo, la productividad, reduce la rotación e incrementa nuestra competitividad.
Así que nos alegramos que cada vez hayan más departamentos de Gestión de Talento y menos de Recursos Humanos.
En fin, menos empleados, más personas.
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