Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Una afirmación obvia que describe la forma que tenemos los occidentales de entender el mundo. En nuestro intento por poner orden al caos de nuestro entorno, nuestro cerebro es capaz de clasificar objetos, personas, cosas e ideas en diferentes cajones para aprender de ellas.
Los coches con los coches, los perros con los perros y las niñas con las niñas. Así empieza nuestra creación de sinapsis neuronales desde que somos no más que un bebé.
Todo es así hasta que llega el Branding.
Tendemos a pensar que la publicidad y la comunicación son las responsables de activar nuestra Marca y que a través de estas disciplinas expandimos nuestro mensaje. Tendemos a pensar que la Marca la componen una serie de elementos de identidad que intentan transmitir una idea poderosa. Tendemos a pensar que la Marca es cuestión de pocos y que se centra en lo que todos ven.
Bueno, ahí es dónde entramos a decir que una cosa es una cosa y otra cosa es lo mismo.
Es decir, el Branding es una disciplina relacional.
La Marca no sólo se construye desde la identidad, los sistemas visuales, nuestros colores y tipografías o gestos gráficos. Sino que la Marca se construye desde sitios que ni esperas.
De nada sirve querer parecer algo si luego no eres capaz de demostrarlo. De nada sirve querer proyectar algo si luego no eres capaz de vivirlo.
El Branding no consiste en hacer que la Marca esté en todo, sino que todo sea Marca.
Es decir, Branding no es implementar la identidad de tu Marca en un caramelo, sino pensar si tu Marca tiene que regalar caramelos. Branding no es implementar tu tono de voz en una web, sino pensar si tu Marca debe o no debe vivir más que en una web en un weareable.
El Branding cosiste en definir las cosas que construyen nuestra Marca, desde el Qué y desde el Cómo. Desde entender qué cosas son las que encajan o no con mi Marca y Cómo debe hacerse vivir la misma en ellas.
Por ello, cuando pensamos en construir Marca, no pensamos simplemente en su identidad, sino que pensamos en todo el universo que la acompaña.
Las personas que la representan, los productos que la sustentan, los canales en los que vive, las comunicaciones que expresa, los espacios en los que duerme.
Branding no es pensar en la Marca como un sitio en el que estar, sino como un sitio en el que vivir. Porque las Marcas para que estén en nuestras vidas, tenemos que vivirlas.
Y es así de sencillo y así de complicada nuestra disciplina. Para aquellos que creen que la Marca vive en un Sistema, les diría que no hay Sistema que no deba vivir en un Universo.
En fin, cosas de branding, branding de cosas.
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