Al fin y al cabo, como hemos dicho millones de veces, estamos inmersos en un proceso de Humanización de las Marcas. (VER ARTICULO).
La razón es muy sencilla, el ser humano es capaz de mantener empatía con otros seres humanos o vivos, no con piedras. Y esto nos lleva irremediablemente a construir marcas humanas.
¿Qué significa ser una Marca humana?. Significa ir más allá de la marca, construir comportamientos, y significados que bajo una personalidad única pueda interactuar con nosotros, crear y mantener conversaciones, representar de forma humana una propuesta de valor, que podamos entender.
Muchas marcas optan por trabajar atributos como la cercanía, la empatía, la transparencia, la confianza, para crear esa sensación de humanidad.
Otras a través de sus acciones de RSC, otras mediante identidades sensoriales que las humanizan (McDonalds cambió su Sonic Branding por una voz de persona), otras personificando la Marca en un Personaje real (celebrities, CEO’s, etc.)
Pero lo realmente interesante es cuando la propia marca cobra vida y se personifica por sí misma, creando un contexto propio y relevante, único y controlable, más allá de un celebrity o un brand star.
Os presentamos a los Hilfiger.
Los Hilfiger, una familia de Marca
Nacida en 1985, rápidamente se posicionó como una marca descarada y pretenciosa que rápidamente construyó una identidad propia.
Pero, uno de los pasos más certeros que ha dado esta marca en los últimos años, es entender que las marcas necesitan estar entre nosotros, formar parte de nuestras vidas y de nuestro entorno.
Y qué mejor forma que ser uno más.
Hace unos años nacieron los Hilfiger, una familia completa que daba vida a una marca. Le ponía cara, voz, personalidad y sobre todo personifica una propuesta de valor.
Este hecho, personificar la propuesta de valor, darle vida, dotarla de un significado que podemos entender, ver, tocar y compartir es uno de los magníficos hallazgos de los Hilfiger.
‘Classic American Cool’. ¿Qué significaba esto? ¿Qué es para ti Cool? ¿y American?
Una brillante forma de dar respuesta a estas preguntas y limitar nuestro imaginario para reconducirlo hacia le significado concreto que nuestra marca quiere crear.
Una serie de personajes y arquetipos que bajo una misma personalidad, actitud y propuesta de valor, representan todos los estados en los que la marca puede estar presente en tu vida, de una manera universal.
El niño, el soltero, el matrimonio, el vividor, la pija, el explorador, o el abuelo, ya estén en el campo de Safari, en un distinguido cóctel o en una noche en casa, todos, respiran la personalidad de marca, dejan patente una serie de comportamientos característicos y sobre todo, construyen sobre la misma propuesta de valor.
Esto diferencia a una marca que construye un significado en una dirección siendo plural y flexible, de las marcas que se encasillan en un target o producto.
Una personificación que la marca controla al 100%, no está sujeta a libres interpretaciones, ni actuaciones espontáneas del ser humano e irracionales (Pistorius, Armstrong, etc..).
Si tu marca puede humanizarse, puede conectar con sus audiencias en un entorno más real, y por lo tanto construir vínculos afectivos más poderosos, por ende, acaba estando más presente en nuestras vidas.
En fin, ser humano no es una opción, es la necesidad de estar vivo.
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