‘Dame un punto de apoyo y moveré el mundo’, es quizás una de las frases más conocidas de Arquímedes, que revolucionó la forma que tenía su mundo, formulando las leyes de la Palanca, y descubriendo que un pequeño esfuerzo bien dirigido podía multiplicar sus efectos.
La ley de la Palanca se basa en un principio físico de contraposición de fuerzas utilizando un punto de apoyo. Cuanto más cerca está el punto de apoyo del cuerpo que queremos mover, menos fuerza tengo que ejercer para moverlo.
Algo tan simple y complejo a la vez, permitió a la humanidad enfrentarse a retos con menos esfuerzo, conceptualizar nuevas formas de transporte, herramientas, armas y tecnologías.
Es muy sencillo, si nos imaginamos un balancín de esos en los que jugábamos de pequeños, y pudiéramos mover el eje centra en el que se apoya el brazo que balancea hacia uno de los extremos en el que nos sentamos, tendríamos que ejercer menos fuerza desde el otro lado para levantar el peso. Algo de física elemental.
Este principio que formuló Arquímedes, podemos reinterpretarlo desde el Branding:
‘Dame una Marca en la que apoyarme y moveré el mundo’.
La fuerza que tenemos que ejercer, así como el esfuerzo empleado, en accionar un cambio, un crecimiento, una acción, es menor cuanto más cerca estamos de nuesto punto de apoyo. La Marca.
Esta vez, vamos a hablar de la Marca, como una palanca de cambio y movimiento de la Cultura interna de una compañía.
Como hemos dicho mil veces, las Marcas se construyen desde dentro para expresarse hacia fuera. Eso significa, que los empleados son los primeros que deben sentir la marca, su propuesta de valor y sus valores como propios, para reflejarlo al mundo.
Si tu empleado no es capaz de respaldar tu marca, ¿Quién lo hará?
La Marca es un factor, casi un catalizador, de cambio interno. Es capaz de movilizar, retar, inspirar, ilusionar o decepcionar a los empleados, y esto tiene una repercusión directa en el funcionamiento de la misma y de su compañía.
La Marca es la Palanca capaz de mover a nuestros empleados, y si lo hacemos bien lo haremos con menos esfuerzo que sin ella.
Los empleados de una compañía deberían estar 100% alineados con la Marca que representan, deberían:
- Conocerla
- Entenderla
- Sentirla
- Vivirla
Cuatro premisas que ayudan a construir una Cultura de Marca poderosa que puede convertirse en una ventaja competitiva.
Para ello la Marca juega un papel fundamental, y sus gestores también. Ya hablamos del Human Brand Manager (Leer el artículo), y de lo importante que es para la compañía convertir a cada empleado en una representación de su Marca.
Pero, ¿Por dónde empezamos?
Bueno, vamos a simplificar mucho, porque no queremos hacer una tesis sobre Cultura de Marca, pero básicamente, lo que necesitamos es apoyarnos en la Marca para:
ALINEAR
El apoyo en la Marca debería servir para alinear a los empleados de la compañía bajo un mismo objetivo, y una misma dirección. Conocer la Marca, qué la compone, como la utilizamos, cómo nos comportamos, qué tenemos que hacer y cómo lo hacemos es básico para construir una Cultura de Marca sólida.
ENFOCAR
Una vez alineados es importante construir un horizonte común, objetivos particulares a cumplir relacionados con la Marca, establecer los roles de comportamiento y actuación, las recompensas y motivaciones. Una fase más emocional que requiere más implicación de la marca y el empleado.
PROYECTAR
Una vez hemos conseguido ubicar la marca en el corazón y mente de nuestros empleados es hora de vivirla y proyectarla en todo lo que hacemos, dentro y fuera de la compañía. Activarnos como una prolongación de la misma.
Cada una de estas Palancas tiene una serie de fases y etapas importantes que debemos planificar y construir, siempre con la Marca como eje central. Crear un Plan de Cultura de Marca que nos ayude a mover la compañía en el sentido correcto, es la mejor palanca de cambio que requiere el menor esfuerzo.
En fin, mejor una palanca, que un palooooooooooooooo!
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