Después de que en Diciembre de 2013 Pascual llegara a un acuerdo con el Grupo Toksöz Turco para la venta de una de sus marcas con más historia, Zumosol, se desvelan los planes de futuro de un viejo conocido.
Hoy se completa la transición definitiva de la marca, con una nueva identidad y posicionamiento, alejándose del endoso de Pascual para crear su propio camino competitivo.
Un nuevo posicionamiento que intenta llevar a Zumosol al territorio de la naturalidad más absoluta, de hecho queda más cerca de una marca de fruta que de los propios zumos. Bajo el claim '¿No querías fruta?' se presenta esta nueva propuesta.
Algo que nos sorprende sobremanera, ya que no existe una marca de zumo, que pueda competir con la fruta natural. Otra cosa es hablar de la forma más sencilla, fácil o divertida de ingerir fruta: zumos, smoothies, etc.. Entendemos la intención pero nos queda lejos de la didáctica adecuada.
En su nuevo lanzamiento apuestan por convertir a la marca en una' peganita de fruta', saliendo del mundo de diversión natural que había construido en los últimos años.
Una nueva dimensión para Zumosol que nos habla de los beneficios de la fruta y nos propone ingerirla, lo que no nos explica es por qué hacerlo a través de Zumosol y no directamente de la misma, si tan beneficiosa es.
Un nuevo posicionamiento algo confuso, no por la dirección que toma, sino por la dirección de dónde viene. Históricamente Zumosol no ha sido el zumo más natural de nuestros lineales, ni lo prentendio ser, la ausencia de credenciales poderosos, y el paraguas de Pascual (una compañía industrial láctea) no la dejaron tomar esas posiciones. Granini, ocupó y ocupa esa posición en nuestras vidas.
Las marcas y su propuesta de valor, deben construirse sobre realidades de producto que las sustenten y no creen marcas efímeras (vacías).
Ver ahora Zumosol como el renacimiento de la fruta, es un tanto extraño, un paso quizás excesivamente alejado para lo que nos tenía acostumbrados. Al margen de este movimiento, no existe ningún tipo de información acerca del nuevo rumbo de la marca para el consumidor, por lo que el nuevo posicionamiento, sumado a la desaparición del endoso de Pascual, causa algo más que confusión.
La credibilidad y la confianza son proporcionales a la cantidad de información que tengamos sobre la marca que vamos a consumir. Y cuando tenemos un referente construido durante décadas y nos lo cambian en una tarde, sin más información que un bodegón de frutas con la marca convertida en una pegatina, es difícil entender el nuevo rumbo y su nueva propuesta de valor.
Las Marcas deben preguntarse, no sólo hacia dónde se dirigen, sino qué arrastran hasta allí. Olvidar su pasado y querer eliminarlo, es como suponer que el consumidor no tiene memoria.
Veremos cómo evoluciona la marca con su nuevo propietario, y cómo sustentan con el producto su nueva propuesta de valor.
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