Y de repente alzó los brazos y el mar se abrió permitiendo que cruzaran escapando de sus enemigos.
Pocas historias son tan fabulosas como la propia Biblia, llena de mitos, leyendas, poderes extraordinarios y milagros imposibles.
Ojalá pudiéramos hacer lo mismo al construir una Marca. Pero como diría un gran amigo, los milagros a Lourdes.
La construcción de una Marca es un proceso para nada milagroso, y mucho menos mágico.
Hablamos con frecuencia del poder de las Marcas para transformar compañías, para proyectar al mundo una Propuesta de Valor única, para construir diferenciación para conectar con sus audiencias de forma poderosa, para enamorar al talento, para competir… en resumidas cuentas.
Es cierto que la Marca tiene esa extraña capacidad de hacer que dos cosas iguales sean distintas a la vez. Que dos productos o servicios indiferenciados tengan más o menos éxito en función de cómo logres conectarlos con tus audiencias.
Al final, no somos más que lo que el mundo cree que somos. Y la Marca nos ayuda a ello. En esta vida todo es cuestión de percepciones y realidades.
Hemos visto en Branzai que podemos construir una Marca desde varias ópticas distintas, en función del poder competitivo que tengamos. Si nuestro producto es único e inimitable, es distinto a si tengo lo mismo que los demás y necesito diferenciarme.
Construir en el Qué, Cómo o Para Qué, es algo que ya sabemos todos, y así lo explicamos en nuestro artículo ‘5 Formas de competir’.
Pero una de las premisas que rigen la construcción de una Marca, es que la Marca es una Promesa que debemos sustentar.
Así que, sea lo que sea que intentemos transmitir con nuestra Marca, sea cual sea nuestra Propuesta de Valor, nuestro modelo de negocio, nuestro producto o servicio, debe ser capaz de sustentarlo y responder a ello.
Y aunque la Marca tiene la capacidad de convertir un modelo de negocio o producto mediocre en un vector competitivo, no hace milagros.
Es decir, una Marca no puede solucionar uno de los problemas más importantes que puede tener una compañía: la falta de competitividad.
No son pocas las veces que nos enfrentamos a proyectos en los que le Modelo de Negocio propuesto, o el Producto/Servicio que se pretende comercializar carece por completo de rasgo mínimamente diferencial alguno, es más, a veces ni siquiera están a la altura del mercado.
Y en estos casos, por mucho que maquilles al bicho, bicho queda.
Una gran Marca es aquella que se sustenta sobre un gran modelo, y que ha sido capaz de contarlo, expresarlo y conectarlo de forma diferencial y relevante con sus audiencias.
Todo lo demás son o globos sonda, o futuros cadáveres.
GLOBOS SONDA
Aquellas Marcas que aparecen pareciendo que son lo más, pero su producto no logra generar el mínimo valor a sus audiencias, y tarde o temprano se descubre el cartón y se acaba la fiesta.
Ej: Yoigo
FUTUROS CADÁVERES
Aquellos negocios que tienen un producto diferencial en un momento del tiempo, pero no saben capitalizarlo con una Marca que construya y recoja el valor, y acaban diluyéndose en cuanto sus competidores se acercan, los imitan o los copian.
Ej. Hawkers
Esta claro que un gran modelo de negocio con una ventaja competitiva diferencial, tiene las patas más largas que una Marca molona sin un producto competitivo. Sólo tenemos que ver a Zara Vs Desigual.
Por lo que si crees que necesitas una Marca, piensa primero si tienes un negocio. Sino es simplemente como intentar tapar el sol con un dedo, parece que sí, pero no.
En fin, Milagros los justos.
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