Las grandes transformaciones del universo las mueven dos fuerzas poderosas, como la de nuestras vidas, el amor y el odio.
El nacimiento y la belleza de una estrella, el oscuro infinito en el que acaba sumida cuando muere como agujero negro. El deseo por querer ser alguien mejor, o ser alguien mejor en contraposición a lo que odias.
Lamborghini nació del odio a Ferrari. Y Ferrari del amor por las carreras.
El amor y el odio, la luz y el caos son fuentes inagotables de creación, de respuestas a nuestras preguntas, aunque no siempre nos han enseñado a preguntarle a ambos. A veces se conoce mejor a una persona sabiendo lo que odio, que escuchando lo que ama.
Lo que odia define sus más profundos valores, sus líneas rojas ocultas, y pone en la superficie un resorte poderoso que pocos ven. Todos amamos estar conectados con los nuestros estén dónde estén, pero odiamos que nos machaquen a llamadas comerciales, nos mientan con las facturas o que nunca pregunten si tenemos razón.
Conectar con lo que mueve a una persona, en la luz y la oscuridad, es una necesidad para cualquier Marca que quiera conectar con ella y formar parte de su vida, de su forma de entender las cosas.
Las Marcas buscan constantemente esa forma de conectar, que ya sabéis que les llamamos ‘Insights y hemos hablado mucho de esto aquí (VER ENLACE). En esa búsqueda intentamos entender cuales son las necesidades, deseos, motivaciones de nuestras audiencias, aquello que ‘aman’.
Pero existe la otra cara de la moneda, que llamamos Tensiones, que son precisamente los resortes que hacen que quieras, desees o te motive algo. Es la base del problema.
Aunque por lo general las Tensiones se entienden como los impedimentos que hacen que pueda conseguir lo que quiero. Las Tensiones no hablan de lo que odias, o no toleras, sino del contexto del problema.
Tensión: Las dietas son complicadas y aburridas
Insight: Quiero cuidarme disfrutando
Ahora bien, hay algo oculto en todo este análisis que debemos ser capaces de aflorar. No sólo es lo que no les gusta, o lo que odian, cuál es su punto de fricción que les puede hacer saltar a buscar otra solución.
¿De qué están hartos?
De promesas que no se cumplen.
Hay una diferencia entre cosas que no te gustan, y cosas que te llevan al límite. Y en los límites es donde se producen los cambios reales. Apuntar a las necesidades y motivaciones está bien, pero apuntar a las gotas que rebosan el vaso puede estar mucho mejor.
Cuando te enfrentes a una categoría piensa en esos límites que muchas veces damos por naturalizados, levántalos, explótalos y provoca el cambio.
En fin, ¿y tú de qué estás harto?
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