Nacida en 1920 en el Reino Unido, hoy es uno de los principales proveedores de camiones de Coca-Cola, Pepsi, o Staples. Más de 80 años de transporte sin ruidos, ni emisiones. Toda una historia que contar.

La marca, hasta ahora, con una identidad de fabricante B2B de componente eléctricos, da un salto hacia el B2C de la mano de la agencia Californiana Strohl.
Se deja de lado la identidad de fabricante y se busca una nueva imagen a través de la creación de un icono. El león alado, símbolo de innovación, fuerza y agilidad.
Se capitaliza el color naranja para crear el universo visual de la nueva marca. Se dota de personalidad y robustez a la tipografía, generando una identidad única, simplificando el descriptivo.
Este ejercicio sin duda, permite flexibilizar la estrategia de la marca y en un futuro cercano fabricar utilitarios para el consumidor de la calle, ahora más sensible a estos temas que cuando Smith empezó su actividad.
Lo que nos sorprende, es que con esta oportunidad en frente, no se haya optado por un color o una imagen menos agresiva, más relacionada con el medio ambiente, ya que es su propuesta de valor diferencial y no la vemos por ninguna parte. El naranja es la antítesis a lo 'eco', es el color del gas, del petróleo y de las energías fósiles.
De cualquier forma es un buen paso hacia delante, que seguro sabrán llevar cuando sea el momento adecuado para abordarnos con el nuevo coche eléctrico de calle.
Eso sí, be green my friend.
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