Shell, la petrolera energética fundada en 1900, y una de las marcas más conocidas del mundo, tanto por su singular icono, como por sus patrocinios deportivos en el mundo del motor, nos enseña un gran ejemplo de como salvaguardar una marca.
Shell, presente en más de 100 paises, entre ellos el continente africano, está llevando a cabo un ejercicio de rebranding a nivel corporativo, fruto de varios acuerdos de fusiones con otras compañías en ese territorio. (Vitol y Helios)
En los últimos años, la compañía ha sufrido grandes pérdidas en Africa, debido al poco desarrollo que está sufriendo este continente, por debajo de lo esperado. Debido a esto Shell se ha visto obligada a reestructurar sus negocios y despedir cientos de trabajadores en varios países del continente.
Esta situación, a nivel de branding, le está generando una popularidad negativa en la región y se está extendiendo al resto del mundo. Una empresa que sólo mira la cuenta de resultados en uno de los continentes más castigados del mundo, no es precisamente objeto de devoción por el resto de los ciudadanos de este planeta, especialmente sensibles con estos temas.
Llegada a esta situación y al riesgo que corre de envenenar su marca mundial, como le ocurrió a BP por otros asuntos, ha decidido llevar a cabo un rebranding de su marca, aprovechando una marca que actúa ya en el continente africano como licenciataria.
Shell en África, se llamará VIVO ENERGY, a partir de Marzo, empezando por Ghana.
Esta nueva marca, pretende reemplazar la actual Shell a nivel corporativo, mientras que el producto seguirá siendo Shell.
Una estrategia inteligente (aunque ruín), dónde ahora la responsable del funcionamiento de las empresas, despidos o contrataciones será VIVO ENERGY, que comercializa el producto de SHELL.
Un buen ejemplo, de como una arquitectura de marca, puede salvar la imagen global de una marca mundial.
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