El ser humano es un ser emocional, vive y se guía de por sus sentidos, que le ayudan a percibir el mundo y a interactuar con él.
Las emociones marcan nuestra respuesta frente a lo que nos rodea y nos permiten relacionarnos con los demás.
Las emociones juegan un papel importante en nuestra salud y su equilibrio es fundamental para nuestro cerebro. Todos tenemos buenos y malos momentos, divertidos y aburridos, todos nos enfadamos y desesperamos, todos llegamos a tener miedo y llegamos a superarlo, todos lloramos y sonreímos, todos nos volvemos algo locos y cuerdos de vez en cuando.
Esta capacidad que tiene el ser humano de movilizarse en función de sus emociones es algo imperiosamente poderoso, ya que la emoción puede superar la voluntad de la razón.
Todos sabemos lo que es llorar en público a pesar de querer evitarlo, o tener miedo a pesar de saber que no hay nada que temer, o estar triste cuando aparentemente nada va mal a nuestro alrededor. Las emociones tienen la capacidad de transformar nuestra realidad.
Y esta capacidad ha sido y es utilizada por las Marcas que nos rodean para conectar con nosotros en un nivel superior al racional. Marcas capaces de activarlas y jugar con ellas para provocar un estado concreto en sus audiencias.
Marcas que quieren activar la Melancolía, la Euforia, la Alegría, la Ira, o la Paciencia. Marcas que quieren que vivamos un mundo ‘mono-emocional’.
¿Puede el ser humano vivir permanentemente bajo una misma emoción? No. El ser humano necesita un balance de emociones que equilibren su vida y la percepción de su mundo.
Los únicos que viven bajo una única emoción son esos pequeños monstruos de la pequeña pantalla que se mueven por un único deseo, una vida plana, unidireccional y vacía por completo que se llena bajo la persecución de una única sensación.
¿Entonces por qué las Marcas se empeñan en vivir en mundos ‘mono-emocionales’, mundos de monstruos?
Las Marcas, cada vez más, deben acercarse a las realidades del ser humano y conectar con nosotros desde una óptica más natural. Si pretenden formar parte de nuestras vidas deben aprender a modular sus inquietudes, emociones y mensajes en función de nuestras necesidades.
No es lo mismo decir constantemente que ‘La Vida es Chula’ obviando la realidad de multitud de personas de tus audiencias, que decir hoy ‘La Vida es Chula’, mañana ‘Tu día puede ser malo, pero siempre puedes cambiarlo’, o ‘Llorar no es malo, porque la vida es chula’. Ese mensaje es el mismo pero se acompaña de 3 emociones distintas que enriquecen la marca, la hacen más empatica, más humana, plural y más real.
Para aquellos momentos que no me apetece sonreír, o estoy enfadado con el mundo, o prefiero estar solo que con amigos, para esos momentos que parece que no haya Marca que quiera estar cerca.
Una Marca ‘mono-emocional’ que solamente transmite un estado de ánimo es una Marca artificial, incapaz de conectar realmente con aquellas audiencias de las que quieres formar parte de sus vidas.
¿Son esas Marcas como los monstruos que atormentan nuestras pesadillas que persiguen un único objetivo? ¿Son humanas?
La Vida es Chula sí, pase lo que pase, pero hay una diferencia entre mostrar un solo camino emocional, a mostrarlos todos para llegar al mismo punto.
¿Y si las Marcas pudieran tener más de una emoción?
En fin, siente y existirás.
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