Imagina que una mañana sorprendes a tu pareja con un zumo natural recién exprimido, unas tostadas y un desayuno elaborado con cariño. Ahora que lo haces los 365 días del año.
¿Qué ha pasado? Por un lado has convertido lo extraordinario en un valor, y por el otro has matado una experiencia.
La creación de experiencias únicas y diferenciales son importantes para mantener saludable una amistad y una relación, nos ayudan a renovar significados, a mantener el interés y a crear nuevos vínculos y valor.
Una Marca se define como una relación con aquellos a quien les importas. Una relación que construye un significado, un valor y un compromiso sostenible.
Y como cualquier relación, para que exista un significado, tiene que vivirse de una manera especial. Y es así dónde entra el concepto de Experiencia de Marca.
La Experiencia de Marca no es ni más ni menos que la capacidad que tiene una Marca de hacerme vivir lo que es.
En realidad se llama Experiencia de Marca a lo que desde consultoría llamamos Activación de Marca, que es hacer realidad lo que somos en cada uno de los puntos de contacto.
Por lo que la verdadera Experiencia de Marca no se planifica como el desayuno especial que contábamos al principio, sino que forma parte del día a día de nuestras audiencias.
La Experiencia de Marca no es más que los pequeños detalles que conforman lo que soy.
Por eso cuando pensemos en Experiencia de Marca, no pensemos en esa acción fabulosa que viviremos de forma increíble, sino que pensemos en esas cosas que harán que nuestra vida sea fabulosa e increíble todos los días a través de nuestra Marca.
Está genial sorprender y aportar nuevo valor con acciones que sumen a nuestra Marca, pero pretender construir una relación significativa de esta forma, es como pretender que lo que importa es el desayuno especial que llevas a la cama el sábado, pero el resto de la semana con un ‘hola’ basta.
Las grandes experiencias son aquellas que las componen pequeños detalles, y que cuando te los quitan tu vida ya no es la misma. Esas pequeñas cosas que nadie ve, pero que todos sienten.
Está fenomenal tirarnos desde un avión juntos, pero lo extraordinario es el viaje que hacemos hasta el avión, que hace que ese salto sea completamente único.
Leer: Cuestión de Detalles
En fin, ¿Experiencias? Sí. Pero siempre.
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